En una entrevista de la BBC el viernes, el presidente Emmanuel Macron de Francia, que viajó a Israel el mes pasado para mostrar solidaridad, pidió a Israel que detuviera los bombardeos que están matando a “estos bebés, estas mujeres, estos ancianos”.
En respuesta, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu de Israel dijo que su país intenta minimizar las bajas civiles y añadió que si Hamás no es destruido, la violencia que inflige a Israel “se cometerá mañana en París, Nueva York y en cualquier parte del mundo”.
El número total de muertos en Gaza, según informaron las autoridades sanitarias, parte del gobierno dirigido por Hamás, superó los 11.000 el viernes. El mes pasado, el presidente Biden advirtió contra la aceptación de cifras de funcionarios de Gaza, pero el miércoles un alto funcionario del Departamento de Estado dijo al Congreso que las verdaderas cifras de víctimas podrían ser “incluso más altas de las que se citan”.
Entre los muertos se encuentran más de 100 miembros del personal de una agencia de las Naciones Unidas que apoya a los refugiados palestinos, la UNRWA, y al menos 40 periodistas y otros trabajadores de los medios, según el Comité para la Protección de los Periodistas. La tasa de muertes de periodistas es la más alta en cualquier conflicto desde que comenzó a rastrear dichas muertes en 1992, dijo el comité.
Las autoridades de Gaza no han dicho cuántos de los muertos han sido líderes y combatientes de Hamas, el objetivo declarado de Israel, pero dicen que el mayor número de víctimas ha correspondido a los más vulnerables. Más de 4.500 niños y 3.000 mujeres de Gaza han sido asesinados desde que comenzó el conflicto, informaron, y cerca de 27.500 personas han resultado heridas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí revisó el viernes la estimación del gobierno de personas muertas por el ataque liderado por Hamas contra Israel el 7 de octubre de más de 1.400 a aproximadamente 1.200.
Poco después de la incursión del 7 de octubre y de que comenzaran las represalias israelíes, los recintos hospitalarios de Gaza se convirtieron en centros de refugiados improvisados. Al Shifa, en particular, albergaba a miles de habitantes de Gaza desplazados cuyas casas habían sido dañadas o que simplemente pensaban que sería menos probable que las fuerzas israelíes atacaran un hospital que sus barrios.