Un proyecto de la Western University que documenta docenas de masacres que tuvieron lugar durante la guerra civil salvadoreña está permitiendo a los sobrevivientes reconciliar la historia de su país y llorar a sus seres queridos perdidos.
La guerra civil de El Salvador comenzó en 1979. Más de 80.000 personas fueron asesinadas por el régimen militar, muchas de ellas durante redadas en pueblos aislados y en la selva. Miles de cuerpos fueron enterrados en fosas comunes sin nada que los marcara.
Desde 2017, investigadores de la Universidad de Londres, Ontario, han estado viajando a El Salvador para trabajar junto con sobrevivientes, arqueólogos y organizaciones locales para encontrar y conmemorar la ubicación exacta de cada sitio de masacre.
Actualmente están utilizando localizadores GPS, fijando ubicaciones en un mapa interactivo junto con monumentos detallados de los testigos.
‘Un proceso muy largo’
“Ha sido un proceso muy largo trabajar con los supervivientes para caminar por selvas y bosques muy densos para llegar a sitios muy remotos”, dijo Amanda Grzyb, líder del proyecto y profesora de Western.
“Traemos muchos equipos con nosotros, incluido GPS y cámaras para obtener ubicaciones precisas. Si los supervivientes lo desean, a menudo filmamos un testimonio en el lugar”.
El mapa interactivo y los testimonios se encuentran en una página web que el grupo ha llamado Sobreviviendo la Memoria en El Salvador de la Posguerra, y con cada visita al país, crece para incorporar más historias de sobrevivientes.
Es un trabajo lento. El equipo explica que, en un caso, han estado trabajando desde 2018 para localizar el sitio de una tumba cavada apresuradamente por los aldeanos que intentaban salvarse de los militares.
Los lugareños recuerdan haber visto morir a 14 personas: seis mujeres, cinco niños y tres hombres.
Trabajando por la reconciliación
“Trajimos a un testigo que tenía 10 años en el momento de la masacre y que la había observado desde lo alto de una colina con su padre”, dijo Grzyb.
“Pensábamos que habíamos localizado el sitio y nuestros socios llevaron a cabo una exhumación, pero desafortunadamente no era el lugar. Así que pensamos que tal vez necesitemos introducir un radar de penetración terrestre para encontrar la ubicación precisa”.
El proyecto también se centra en actividades conmemorativas y talleres celebrados en aniversarios de masacres concretas.
“Ha abierto un espacio en el país que no había sido muy claro en las últimas décadas y está atrayendo a personas de diferentes orígenes para hablar sobre lo que pasó durante la Guerra Civil”, dijo la estudiante postdoctoral salvadoreña Adriana Alas López, quien ha estado involucrada en la traducción de las historias de la gente de la región.
“Con la idea de una reconciliación, eso es algo en lo que el país necesita trabajar. Creo que el proyecto está contribuyendo mucho al documentar la historia, escuchar las historias de los sobrevivientes y descubrir la complejidad de su historia familiar”, Alas Dijo López.